martes, 19 de mayo de 2009

Calentitos los panchos...

Carta abierta a los compañeros de la televisión pública que van de 20 a 21, con buena leche aunque "de más caliente" tal vez.
Ay, si Don Arturo viviera...!

No voy a decir que me tiene harta Tinelli, porque no le dedico ni un solo minuto de mi tiempo.
Sí voy a decir que me tienen harta los idiotas que malgastan segudos televisivos en hacer continuas referencias a sus "genialidades".
ME TIENEN HARTA, ZOQUETES !!!

No podés prender la tele sin que aparezca un señora o señora o señorita, loando sus chistes. O criticando sus desmesuras. Desde Mirta Legrand a Osvaldo Barone, todos dedicados a analizar el fenómeno de los nosécuantos puntos de rating que logró en la primera semana.

Sin pretender subestimar a ese señor empresario que defiende sus intereses económicos, de ideología acorde a quien le importa más una goma de su auto que un ser humano, ¿no les parece que se les va la mano a todos?

Se puede entender que Mirta lo alabe; comparte bastante con él. 
Que los programas de chimentos televisivos sólo hablen de las idioteces que pergeña para "reirse" del resto del país, vaya y pase, mientras no les dure mucho.
Pero, ¿es justo que los que sólo tenemos algunos canales de aire, entre ellos el 7, televisión pública con repetidoras en todo el país, tengamos que bancarnos entre las 20 y las 21, un detallado raconto, hecho en nombre de la crítica, de lo que el Sr. Marce hace o deja de hacer en su programa?
¿Es justo para los que queremos ver televisión, -no Tinelli, televisión-, que tengamos que bancarnos que el canal público nos encaje a un señor que deliberadamente no vemos, con el cuento de sacarle el cuero?
Ni eso merece ese señor. 

El que mira Showmatch, difícilmente mire 6-7-8-. 
Y si existen algunas mínimas coincidencias en audiencia, ¿por qué los restantes habitantes del país que no tenemos otra cosa que mirar que la televisión pública, debemos bancarnos que se hable de algo que no vimos, no queremos ver y no nos interesa?.
 Y encima ni entendemos, porque no seguimos el hilo.
Barone diciendo que no se puede negar que el tipo tiene 40 puntos de rating... y eso lo convierte en fenómeno...
¿Y cómo se mide el rating? 
¿Quiénes participan en la medición del rating?
¿Dónde, en qué ámbito geográfico, se mide el rating?
¿Se enteraron que más allá del segundo cinturón, el país continúa y la gente a veces sólo tiene un canal, el público? ¿Se dan cuenta que no se puede desperdiciar el tiempo de la televisión en cosas  como el rating de un tipo?

Insisto: sin subestimar la mala leche y la falta de respeto a la inteligencia de los argentinos que practica el Sr. Marce en lo que sólo es una demostración de su chatura intelectual, humorística y emocional y de sus intereses económicos, ¿por qué lo están ayudando tanto desde todos los wines?
Acaso, como dice mi amigo el endrogad- de- adrogué, ¿ porque es lo que el sistema quiere que se vea y se diga? Lo único que se vea y se diga?

BASTA LOCO!!
Cortenla con Tinelli.
 Ya sé que las cosas no desaparecen con negarlas, pero la tele es algo que se escapa a los sistemas materiales. 
Un elefante no desaparece porque yo deje de mirarlo. 
Las condiciones que generan la injusticia tampoco. 
Pero los fenómenos televisivos, SI desaparecen si uno deja de mirarlos, nombrarlos, prestarles atención y anunciantes.

¿Acaso se escapa a los críticos de la mala televisión que representa, encabeza, lidera y magnifica Don Tinelli, el desesperado esfuerzo que está haciendo para reinstalarse? 
Basta escucharlo un rato (y conste que no lo miro, pero ustedes los no-tinellis me saturan con él) para darse cuenta que no está confiado, que hace autobombo, que sabe que no se está instalando como antes.
En todo caso, labura con mentalidad empresaria, pues para él todo es negocio. 
Y se da cuenta que la ecuación  costo- beneficio se le está desequilibrando en contra: no puede mantener el rating, no se habla todo el tiempo de él (salvo en los demás programas de la tele), la gente tiene otras preocupaciones, el interior se le escapa mucho más que antes. 
Ya no resulta gracioso, porque a pesar de que no lo puedan creer, la memoria funciona. En un plano no verbal, tal vez, pero funciona. No con los tiempos requeridos por algunos adelantados, pero funciona.
No nos subestimen más, si?
Y en todo caso, si nos subestiman, confíen un poco más en nosotros, sí?
Me parece que ya mostramos que no somos tan idiotas. A veces estamos cansados y nos faltan fuerzas para decir y hacer lo que queremos y pensamos. Pero no somos idiotas. Tinelli cree que sí, porque desde allí nos mira. ¿Ustedes también creen eso de nosotros?
Póngannos alguna ficha...
 
Si yo estoy en  Jergón Quemado y lo único que tengo para ver es el canal de televisión púbica, quiero que me den algo interesante para mirar después de mi extenuante jornada laboral.
Así que dejen de versear y ponganse a trabajar para hacer televisión sin Tinelli.
Sobre todo porque tienen la dicha de estar en un horario en el que la mitad más uno miramos televisión. Y tienen buenos editores, son graciosos. 
Antes de Tinelli, daba gusto verlos. Ahora no sé, porque apenas me lo encajan, apago la tele y tal vez me pierda cosas interesantes después.
No desaprovechen la oportunidad, dejen de quejarse y hagan tele para todos...

Bastante tenemos durante todo el día, los del interior, con el discurso etnocentrista, desde los informes del tránsito a la mañana, a los cortes de calles por las tardes, como si la tele no fuera federal. No se copien para tener "reiting", porque lo que les puede dar popularidad, fuera de las mediciones pedorras,  es ser diferentes.

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