sábado, 10 de octubre de 2009

De cómo la vieja Trompeta y sus amigos se quedaron con el monopolio del papel para diarios

Por Felipe Deslarmes
politica@miradasalsur.com


Osvaldo Papaleo, hoy empresario teatral y cinematográfico, se volvió a meter de lleno en el escenario político tras su aparición en las audiencias públicas que se realizaron para debatir la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. El ex secretario de Prensa de la ex presidenta Estela Martínez de Perón, que fuera secuestrado y torturado durante la última dictadura, asegura que el monopolio creado por el Grupo Clarín comenzó a gestarse bajo el régimen comandado por Jorge Rafael Videla.

Papaleo detalló el modo por el cual Clarín, La Razón y La Nación se quedaron con Papel Presa, la piedra fundacional de un monopolio mediático que creció al amparo del poder de turno durante treinta años.

–Pese a su historia, a muchos les sorprendió su participación en las audiencias públicas.

–Mi participación en las audiencias públicas es natural. Pese a la sorpresa de algunos, tengo una larga militancia en el justicialismo discutiendo el tema de los medios de comunicación. Yo soy de la generación que en los años ’73, ’74, ’75 y hasta el golpe de Estado participó de la política sobre los medios de comunicación que el general Perón instrumentó en su retorno a la Argentina. Aquella política involucró el cese de las licencias televisivas de los canales de aire. En aquel entonces también se planteó el tema de la legislación y las normas. Allí tuvimos conciencia y tomamos medidas de transformación en los medios.

–¿La transferencia bajo el régimen de la dictadura de Papel Prensa a los diarios Clarín, La Nación
y La Razón es la piedra fundamental del monopolio comunicacional en la Argentina?

–Con respecto a Papel Prensa lo que hay que explicar es que era una sociedad que tenía la familia Graiver en un 75% y el Estado nacional en un 25%. Se había constituido a fines de la década del ’60. De a poco se fue transformando en una planta importante en la zona de San Pedro y Baradero, fundamentalmente por la explotación del papel nacional y por la producción, principalmente de papel para los diarios. Hasta ese entonces había una enorme cantidad de papel que se consumía y se tenía que importar, cuestión que era bastante onerosa para los medios gráficos nacionales. En marzo de 1977 fueron detenidos casi la totalidad de los miembros de la familia Graiver. El padre, la madre y la esposa de David Graiver, que había fallecido el 7 de agosto de 1976 en un accidente aéreo en México.

–¿Qué pasó dspués?

–Si bien Papel Prensa era uno de los activos más importantes de Graiver, no era éste su único negocio. Entre agosto del ’76 y marzo del ’77, cuando la familia estaba liquidando sus activos, recibió algún tipo de oferta por parte de Clarín, La Razón y La Nación para comprar Papel Prensa. De hecho, la tarde del día en que detienen a la mayoría de la familia, mi hermana, Lidia Papaleo de Graiver, asistió junto a Isidoro Graiver a una reunión con representantes legales y algunos miembros de los directorios de estas empresas para ver si se podía firmar una carta de intención para comprar la empresa. Esa noche son detenidos.

–Y a su vez se produce otra cadena de secuestros...

–Allí comienza otra actividad. La dictadura acciona contra el diario La Opinión, que dirigía Jacobo Timerman y del cual era propietario David Graiver. Así se iba desarrollando la política de los medios. A su vez, un tribunal de guerra condena a la familia Graiver en base a declaraciones arrancadas bajo tortura en el Pozo de Banfield y en el Puesto Vasco de Bernal. Yo también soy detenido y paso nueve meses en el Puesto Vasco. La familia Graiver es blanqueada, al igual que Jacobo Timerman. Pero la familia queda detenida. Yo salgo a los nueve meses y me voy del país.

–¿Cómo siguió el proceso judicial?

–A partir de allí empezamos a intentar que la familia Graiver fuera juzgada por la Justicia Civil y no por la Justicia Militar. Luego los Graiver fueron incluidos en lo que se llamó el “acta institucional”, donde había muchos dirigentes políticos, por ejemplo Lorenzo Miguel, Jorge Taiana, Carlos Menem, entre otros. El acta significaba que uno perdía los derechos civiles y económicos. Esto significa que todos los bienes de la familia pasaban a estar en manos de la Comisión Nacional para la Recuperación Patrimonial (Conarepa). Por lo tanto, el 75% de Papel Prensa pasa a estar en manos del Estado. A fines del ’78 se convoca a una asamblea para tratar el tema accionario de la empresa. En ese momento me reúno con el abogado de Clarín, Bernardo Sofovich, quien me advierte que se va a realizar una multiplicación de las acciones y la posterior cesión a Clarín, La Nación y La Razón. Con la multiplicación, las empresas se aseguraban la posición dominante por más que la familia Graiver recuperara sus acciones. De esa asamblea no pudimos participar, nos fue prohibido.

–Y ahí comienza a cerrar esa parte de la historia...

–Así Clarín compró Papel Prensa, con la familia Graiver detenida y juzgada por un tribunal de guerra de la dictadura. A partir de allí Clarín ejerció el monopolio de la venta de papel para diarios. Cuenta de esto dieron Julio Ramos (N. de R: Los cerrojos a la prensa), fundador de Ámbito Financiero, y Héctor Ricardo García, que durante muchos años fue dueño de Crónica.

–¿El proyecto de ley que se está discutiendo en el Congreso es una herramienta adecuada para limitar la concentración de los medios?

–Si bien la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual no incluye a los medios gráficos, me parece que ésta es una forma de limitar a Clarín y otros grupos que imitan a Clarín en la monopolización de los servicios. La estructura básica de Clarín se sustenta en el diario, después se le cedió un canal de televisión y a partir de allí hizo una cadena de comunicación impresionante en todo el país. Estamos ante la posibilidad de pegarle en el espinazo a un monopolio real, tanto de la información como de la conducta de la gente. Clarín, lo vemos en la defensa encendida de algunos actores, ha convertido a los medios de comunicación de la Argentina en una actividad empresaria sin ningún tipo de ética profesional.


Además, Clarín ha generado en el interior del país verdaderas cadenas que impiden la expresión libre de organizaciones, sectores empresarios, ONG y universidades. Este país está monopolizado por el Grupo Clarín, que cuenta con dos empresas de cable que tienen el 50 % de los abonados y con una red nacional impresionante. Esta ley abre ese camino. Si bien esta norma no habla de medios gráficos, es importante lo de Papel Prensa para entender quién habla de “ley mordaza”. Qué autoridad tiene para hacerlo cuando Clarín fue la gran mordaza de los medios gráficos durante los últimos 30 años.

–¿Por qué cree que cierta parte de la opinión pública no está convencida de que éste sea el camino correcto?

–Hay sectores políticos, como el radicalismo, que no comulgan con la ley. Esto me sorprende, por la historia del radicalismo que siempre ha abogado por la presencia del Estado en los medios. Ahora yo veo a diputados y senadores radicales utilizando un lenguaje liberal y no lo puedo creer. Pero hemos logrado cosas. Ahora sabemos quien es quien. Se ha blanqueado la situación. Por primera vez estamos hablando de lo que realmente ocurre. Por otra parte acá hay que generar una televisión por cable de calidad. Hoy los operadores de cables no generan trabajo, sino que son simples vendedores de espacios.

–¿Es acertado el momento político para llevar adelante la ley?

–Sí, es acertado. Este es el momento. Porque si no van a seguir eligiendo presidentes, ministros y van a seguir siendo una fuerte influencia en la política argentina. Entonces cualquier momento es el oportuno. Además, si se logra se va a dar un gran paso. Y no tenga dudas de que van a aparecer inversores privados que van a hacer televisión. No seamos pesimistas, no podemos creer que el único que tiene dinero para invertir en esto es Clarín. Ahora, hasta que no salga la ley del Senado, hay una realidad: la del debate, la del miedo. Pero una vez que la ley salga la realidad va a ser otra, yo sé de grupos empresarios que creen que los medios son una buena inversión. Por eso pongo un paréntesis hasta que la ley sea un hecho consumado, vamos a escuchar otro lenguaje, incluso de muchos que se mantuvieron ajenos a esta discusión. Además, esto que dicen, que en diciembre van a modificar la ley... Yo la verdad no creo que sea tan fácil. Primero, porque los diputados que entran no son un bloque. Y después, porque la relación con Clarín ya no va a ser la misma, ya no va ser una relación de patrón y empleado.

–¿Hay un paralelo histórico que se pueda trazar entre aquel gobierno del peronismo que se sostuvo enfrentado a la prensa y éste que encabeza Cristina Fernández?

–Sí, con este tema sí. Este gobierno no dio todos pasos felices en este tema, por ejemplo cuando se permitió la unidad entre Cablevisión y Multicanal. Por eso me causa gracia cuando la oposición plantea la necesidad de un largo debate sobre estos temas cuando ante aquel decreto nadie dijo “que venga al Parlamento”. Yo creo que el Gobierno ahora sí va a enfrentar algo parecido a aquello. Va a tener que enfrentar un violento ataque bajo métodos sutiles. La difusión violenta de los piquetes y todo lo que ha aparecido en el último tiempo. Todo esto tiene que ver. Siempre, hasta el más inocente defensor de una causa popular puede jugar para el enemigo.

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