domingo, 13 de diciembre de 2009

De precios, salarios, tragedias y comedias

El análisis de José Sbatella

Buenos Aires Económico,,Sup. Empleo y desarrollo humano, 2 de diciembre de 2009, Pág. 4

Salario medio bruto

Por sector de actividad.

Fuente: Secretaría de Estadísticas de la CGT, sobre datos de ANSES.


2º trim. 2003

2º trim. 2008

2º trim. 2009

Agricultura, ganadería, silvicultura

$402

$1326,7

$1661

Pesca y servicios afines

$1707,5

$4786,6

$5136

Explotación de Minas y canteras

$2186,3

$7344

$9863

Industrias manufactureras

$941

$2816,3

$3464

Electricidad, gas, agua

$1637,4

$4871,7

$6265

Construcción

$521

$2029

$2482

Comercio y Talleres de reparaciones

$626

$2003,2

$2582

Hotelería y Restaurantes

$449,7

$1461

$1800

Transporte, Almacenam. y Comunic.

$958

$3104,8

$3940

Intermediac. y Serv. Financieros

$1557,1

$$4478,8

$5818

Servicios Inmob. y Empresariales

$670

$2025

$2566

Adm. Públ., Defensa, Seg. soc. Oblig.

$907

$2835,5

$3433

Enseñanaza

$523,5

$1860

$2323

Serv. Soc. y Salud

$719,6

$2350,4

$3032

Serv. Comunit. n.c.p.

$741,7

$2094

$2674

Otras Actividades

$2653,3

$1519

$2044

PROMEDIO

$ 795,5

$2449

$ 3054



Pasado un año de la crisis internacional que estallara en julio-agosto de 2008, es tiempo de hacer un balance en términos de empleo y salarios. No sólo para apreciar el impacto en sí de la crisis sino para tener una noción más clara del escenario que se presenta a partir de ahora.

En otras latitudes, los resultados son verdaderamente calamitosos: mientras en España el desempleo llega al 20%, en los Estados Unidos superó después de muchos años el 10%; por su parte, los salarios se redujeron en algunas actividades en hasta un 20% en los principales países desarrollados y las administradoras privadas de fondos de pensión (como las ex AFJP de la Argentina), redujeron las jubilaciones entre el 15 y 20%. Eso hubiera pasado si la jubilación dependía de las AFJP en la Argentina.

Mientras eso pasó y pasa en el mundo, en la Argentina los vientos de la crisis parecen haber dejado muy poca polvareda desde el punto de vista del empleo aunque los efectos no fueron neutrales.

Tomemos el caso del empleo formal que ocupa al 60% de la fuerza de trabajo en la Argentina y donde contamos con información más actualizada a partir de los datos de la ANSES, donde las empresas presentan en la declaración jurada la cantidad de cargos y la remuneración total a los efectos de pagar las contribuciones patronales.

Para hacer una comparación del impacto de la crisis vamos a tomar en consideración el segundo trimestre del año 2008, es decir, el trimestre previo a que se desencadenara la crisis internacional y, por otro lado, tomaremos el segundo trimestre de 2009, que acumula, en teoría, 12 meses de pleno impacto de la crisis.

La "foto" del empleo en el segundo semestre de 2009 nos muestra que la economía formal habría perdido alrededor de 48.900 puestos de trabajo respecto de la situación previa a la crisis internacional.

A la luz del dramatismo por el que están atravesando los países desarrollados en materia laboral, la cifra no resulta dramática. Además hay que tener en cuenta que esto no implica necesariamente que los puestos se hayan perdido sino que buena parte de ellos pasó a la informalidad e incluso muchos se encuentran alcanzados por las políticas de contención que decidió implementar el Ministerio de Trabajo.

Dos cuestiones son interesantes respecto del comportamiento de los puestos de trabajo formales.

En primer lugar, la visión de mediano plazo nos puede ayudar a cuantificar la caída evidenciada durante todo el último año.

En efecto, desde el segundo trimestre del año 2003 hasta el segundo trimestre del año 2008, previo a la crisis financiera, ¡la cantidad de puestos de trabajo formales se incrementó en 2,6 millones!, pasando de 4,3 a 6,9 millones de puestos declarados respectivamente.

La principal contribución a dicho incremento fue del sector privado, que creció en 2,25 millones mientras que los cargos declarados por la administración pública crecieron en 335.000 nuevos puestos.

Desde la perspectiva de mediano plazo, la pérdida de 48.000 puestos de trabajo para una crisis internacional anunciada como la peor desde 1930, deja en claro los beneficios de la "desconexión" del mundo especulativo de la Argentina desde 2003.

En segundo lugar, es interesante ver cómo ha cambiado el rol del sector público frente a las crisis externas. Mientras que en la década de los '90 se proponían usualmente políticas de ajuste tanto del gasto como de los recursos humanos, la actual crisis nos encuentra con un rol contra -cíclico del Estado en materia de trabajo y empleo.

Durante el último año, el sector privado pierde 83.000 puestos de trabajo formales mientras que la administración pública absorbió 34.000 puestos formales más en el mismo período, lo que resulta como balance los

48.000 puestos de trabajo formales perdidos.

En lo que respecta al impacto del empleo formal en los distintos sectores productivos, vale las mismas conclusiones que el análisis de mediano plazo: es espectacular el crecimiento de los puestos formales para todas las categorías entre 2003 y 2008 mientras que la caída del empleo formal entre 2009 y 2008 es baja relativamente.

Lo interesante aquí es que el empleo vinculado con la construcción y las actividades conexas (servicios inmobiliarios y de alquiler) presentan una significativa caída del empleo formal, debido al impacto negativo que produjeron las expectativas de la crisis internacional, justamente por burbujas financieras vinculadas a los inmuebles.

También es significativa la caída de los puestos formales de la industria manufacturera producto de la vinculación productiva internacional de algunas ramas de la industria (autopartes, 1 principalmente).

Lo más destacado sigue siendo aquí la vinculación entre el impacto de la crisis sobre el empleo formal entre actividades vinculadas a la producción de bienes respecto de las actividades productoras de servicios. El empleo formal de los primeros cayó entre 2008 y 2009 casi en 80.000, mientras que el empleo formal de los segundos creció en 30.000 puestos.

Uno puede percibir que los canales de transmisión de la crisis fueron por vía del comercio y éste afecta más a los bienes que a los servicios que son no-transables con el exterior. El análisis de los salarios en bruto que surge de las declaraciones juradas de cargos formales, nos muestran conclusiones muy similares a las que se muestran en el análisis del empleo.

Por un lado, hay que destacar que el salario promedio de la economía formal ascendió a los $3.054, presentando un aumento en el último año del 24,7% respecto del trimestre anterior al del comienzo de la crisis.

Los gremios no entraron en el juego

Este hecho marca un hito significativo, ya que el último trimestre de 2008 se planteaba desde el ámbito empresarial un impasse implícito en materia de paritarias. Sin embargo, los gremios no entraron en el juego planteado de canjear salarios estancados por estabilidad laboral y plantearon sus necesidades en paritarias. Merced a los acuerdos logrados en éstas, en su mayoría por encima del 18% y teniendo en cuenta que los precios promedio del período de referencia se incrementaron un 12%/14% de acuerdo al Índice de Precios Implícitos del Consumo Privado (fuente oficial de Cuentas

Nacionales), el incremento nominal del 24,7% implica que en el año de la crisis los trabajadores han visto incrementado el poder adquisitivo. Otra vez los beneficios de la desconexión.

Por su parte, se derrumba otro mito: que el aumento de salarios genera inflación, cuando en realidad se produce un incremento del 24,7% combinado con una des aceleración de la inflación respecto de 2008, cuando superaba el 19% (siempre de acuerdo con el índice de Precios Implícitos del Consumo Privado).

En términos sectoriales, hay que destacar tres cuestiones. En el mediano plazo (entre 2008 y 2003), casi todos los sectores triplicaron el salario bruto mensual, lo que llevó el promedio a incrementarse más del 207%.

En segundo lugar, en lo que se refiere a la comparación 2009-2008, los salarios de los sectores productores de bienes evidenciaron un incremento del 23% mientras que los productores de servicios en más del 26 por ciento.

Mayor capacidad de negociación

Esto, al igual que lo sucedido con el empleo formal, muestra una capacidad mayor de negociación de los sectores con menor pérdida de empleo formal respecto de aquellos que vieron reducido los planteles.

En tercer lugar, el salario del sector público evidenció en el último año un incremento salarial (21,4%) más bajo que el sector privado (25,2%).

Escenario posible para el próximo año

¿Qué escenario se perfila con estos resultados?

Como dijimos, los trabajadores han logrado sortear un desafío muy grande al no aceptar el canje de estabilidad laboral contra salarios estancados y lograron recuperar poder adquisitivo gracias a las negociaciones salariales.

El mantenimiento de los niveles de consumo interno (el IVA que se recauda a nivel doméstico creció en el último año un 23%, cifra similar al aumento salarial promedio) no pudieron sostener, desde el punto de vista de la demanda, la caída de la inversión y las exportaciones.

El aumento salarial promete mantener firme la demanda.

Sin niveles de desocupación altos que presionen a menores niveles de aumento salarial, con precios internacionales de alimentos en aumento y sin los niveles de inversión suficientes para afrontar en el corto plazo el sostenimiento de la demanda, el escenario que se vislumbra es de un recrudecimiento de la puja distributiva y, consecuentemente, la inflación volverá a ser parte de la escena en 2010.

En diciembre de 2006 se dio un escenario similar cuando la masa salarial había crecido hasta ese entonces por creación de empleo más que por incremento salarial, y se generó una presión sobre los precios al alza. Los mecanismos de control estatal fracasaron en el intento por negociar con las cadenas de valor oligopolizadas y los acuerdos de 2006 dejaron de ser respetados por los formadores de precios.

Se ha dicho a menudo que la historia se repite dos veces, la primera como tragedia y la segunda como comedia. Esta vez parece darse a la inversa y el control de precios y la forma de intervención estatal se transformó en una comedia de enredos desde enero de 2007.

Condicionar y frenar a los oligopolios

Si el Estado incorpora políticas e instituciones que condicionen a las cadenas de valor oligopolizadas, que son las formadoras de los precios, se evitará que la segunda parte termine como tragedia. Estamos a tiempo de cambiar la historia.

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